10 junio 2006

Saltan por mi cuerpo.

Hay cosas que se van desapareciendo.

Algunas las arranco, como algunas amistades con las cuales he decidido partir recientemente. Es una decisión. Una decisión marcada por sentimientos, eventos, realidades y un proceso previo pero es una decisión, fuerte, voluntaria.

Las consecuencias de las decisiones nunca son predecibles. Lo que termina a veces vuelve a comenzar.

Ahora... ¿qué uno hace con la gente que se nos va por dentro en espiral* y qué uno hace cuando son las ganas las que van desapareciendo? ¿Qué uno hace cuando vienen y van y no lo puedo controlar?

Hace un tiempo borré a alguien de mi vida, porque me cansé de esperar por unos pasos que nunca se iban a dar. Entonces, lo dejé entrar de nuevo, no porque me lo pidiese, porque la realidad es que qué le importa, pero lo dejé entrar porque... no sé. Sólo recuerdo que comenzé a volver a hablar y no he podido parar desde entonces. Lo cual puede significar tantas cosas, tantas confusiones, tantas interpretaciones de la realidad erróneas, pero no elimina la presencia de un apego extraño, casi imaginario, tan ausente en su presencia y presente en su ausencia como toda la amistad.

La cosa es que la gente que se nos va por dentro en espiral... se queda adentro, aun cuando vienen y van, aun cuando uno los bota y los vuelve a buscar, aun cuando pasan años, aun cuando las puertas parecen estar cerradas. Esa gente sigue adentro. Esa gente se metió el primer día y no van a salir.

Esa gente se me mete en los sueños, me salta por el cuerpo. Esa gente no me sale del pensamiento. Los siento en su presencia, y en su ausencia, estan presentes.

Entonces, si no los puedo sacar... ¿vale la pena decidir?

desaparecen, pero vuelven...


*Balún. Something Comes Our Way. Canciones: "Gente" & "Acto de Desaparición".