16 junio 2006

Pasajero.

¿Alguien me puede decir que acaba de pasar?

Las cosas no se supone que sean tan cómodas, la conversación no se supone que fluya tan bien.

Y el corazón... el corazón se supone que de vueltas. Pero el corazón se quedó en su lugar.

¿Y ahora qué? ¿Y ahora somos amigos que hablamos de la vida, que nos llamamos las pocas veces que estamos en la isla a la vez y salimos y nos contamos los cambios de los últimos seis meses?

Por un momento, no se sintió como ver a un viejo amor, se sintió como... como hablar. Y es bueno hablar, es ultramegadivertido, pero... yo quiero sonreir cuando lo deje en el carro, dando gracias de que no lo puedo volver a ver en buen tiempo, porque si lo fuese a ver al otro día lo besaría tanto como debi haberlo besado en aquel entonces.

Yo se que no puedo hacer nada, y que quizás sea mejor así, y que no me debo preocupar, porque estas cosas vienen y van cuando se trata de nosotros. Realmente no me debe importar, considerando que no quiero actuar, sólo quiero sentir. Pero no me siento cómoda con la comodidad.