22 junio 2006

Triste y sin tacos.

En cuanto me monté en el carro, se convirtió en una tragedia musical. Lloraba en vibratto, como si lo hubiese perdido todo, como si no tuviese nada.

Pero tenía. Tenía casa, carro, cash, comida, corazón... y un cariño.

Pero el cariño no estaba allí. Quizás su presencia hubiese hecho que me doliera menos. Pero no había nadie allí. Estaba tan lleno, tan lleno como nunca había estado pero no había nadie allí. Sólo yo, mi pms, Superaquello y aquella escena de tragedia musical.

Los perros de un señor se asustaron y un muchacho me hizo señas de que parara de llorar, para pedirme cambio. Me empezaban a doler los oídos por los gritos. Pero no se me iba la voz, no se iba a ningun lado, me atormentaba, gritando, llenando el carro de gritos, de llanto, de un ruido que nunca había escuchado a ese volumen, con ese poder.

Y fui y el primer Taco Bell estaba apagado. El segundo estaba prendido pero nadie me contestó.

Y gritaba y gritaba y gritaba en llanto y nadie me ha contestado.

Y no puedo ver. No puedo ver a través de las lágrimas, no puedo ver.

supera aquello, superalo... que ya esta bueno... que ya esto cansa...

1 Comments:

Blogger ...joel said...

most tragic.

1:23 a. m.  

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